CUANDO EL DOBLE SUELDO SE VUELVE DOBLE RIESGO
EL EDITORIAL DE HOY
La Navidad llegó… y con ella, la ilusión, los abrazos, las luces… y el doble sueldo.
Pero atención: no todo lo que alegra el bolsillo, fortalece el futuro.
Las cifras no mienten: el 39 % de los dominicanos termina endeudado antes de enero.
El Banco Central advierte: cada diciembre, la inflación sube, el consumo se desborda y la
prudencia… se esconde.
Benjamin Franklin lo dijo con sabiduría de siglos:
“Cuida los pequeños gastos; un agujero pequeño puede hundir un gran barco.”
Y Séneca, con su filosofía eterna, nos recordó:
“No es pobre quien tiene poco, sino quien desea más de lo que necesita.”
La sabiduría popular de mi amado Vallejuelo lo resume mejor que nadie:
“El que gasta sin pensar, termina sin cenar.”
Por eso, dominicanos, celebremos… pero con cabeza.
Gocemos… pero con medida.
El doble sueldo no es para doblar deudas, sino para enderezar cuentas.
Navidad sí, pero con cordura.
Alegría sí, pero con sensatez.
Que cada peso tenga propósito y cada acción refleje responsabilidad.
Cuidemos nuestro nombre, nuestra economía y nuestra Patria.
Porque la grandeza de un pueblo no se mide por lo que gasta, sino por lo que preserva.
